Desafío

Telegram, fraude electoral y extrema derecha son la fórmula de la desinformación en 2022

En un año electoral, la extrema derecha brasileña domina la plataforma, donde difunde datos falsos sobre fraudes

Traducción: Isabela Gaia

Brasil de Fato | Brasília (DF - Brasil) |
Las recientes y constantes bravatas del mandatario brasileño y sus aliados sobre la supuesta fragilidad de las máquinas de votación electrónica son un ejemplo de ello. - Alan Santos/PR

Si en el año electoral de 2018, los mensajes falsos que más circularon en las redes sociales estaban relacionados de alguna manera con los propios candidatos, ahora la práctica más común es desinformar con el fin de poner en duda el propio proceso electoral, según expertos escuchados por Brasil de Fato. Las recientes y constantes bravatas del presidente brasileño Jair Bolsonaro y sus aliados sobre la supuesta fragilidad de las máquinas de votación electrónica son ejemplos de este cambio. 

No en vano, el tema también domina los grupos de extrema derecha en las profundidades de Telegram. "Estas plataformas más subterráneas, como Telegram, están totalmente dominadas por la extrema derecha. Y los [temas] más compartidos, las consignas y narrativas que se destacan en el conjunto de grupos y canales que analizamos tienen que ver no necesariamente con una denuncia directa de fraude en las urnas, sino con la deslegitimación de la institucionalidad que garantiza el resultado de la elección", dice Letícia Cesarino, profesora del Departamento de Antropología y el Programa de Posgrado en Antropología Social (PPGAS) de la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC), en el sur de Brasil. 

En el acto más reciente, el capitán retirado afirmó que el Partido Liberal, del que es miembro, contratará a una empresa privada para auditar las elecciones. "La empresa le pedirá al TSE [Tribunal Superior Electoral] algunos datos. ¿Qué puede pasar? Esta empresa que audita en todo el mundo, una empresa líder, puede llegar a la conclusión de que, dada la documentación que tiene a mano, puede decir que no era auditable. Mira hasta dónde vamos a llegar", afirmó Bolsonaro.


Apoyadores de Bolsonaro en un acto antidemocrático realizado el 7 de septiembre de 2021, Día de la Independencia / Miguel Schincariol / AFP

"Esto siempre estuvo en la agenda, pero este año el tema tomó forma", dice Letícia Cesarino. "El 7 de septiembre, por ejemplo, un tema que ganó protagonismo fue el pasaporte sanitario, pero tuvo una especie de cruce con el tema del fraude en las urnas. Hubo rumores de que a las personas no vacunadas se les prohibiría votar. Entonces, incluso si no es parte la agenda [en ese momento], el tema ha estado circulando al menos desde septiembre". 

Este movimiento es similar al del expresidente estadounidense Donald Trump. Incluso antes de perder las elecciones del año pasado ante Joe Biden, el empresario señaló un presunto fraude electoral en la elección. "De todos modos, nada importa porque las elecciones en California están totalmente manipuladas", dijo Trump en ese momento. Incluso después de ser derrotado, no reconoció los resultados de la elección, lo que incitó a su electorado a rebelarse y los llevó a asaltar el Capitolio. 

Revelando verdades 

Según Cesarino, una de las características de estos grupos de extrema derecha que habitan la clandestinidad de las redes sociales es la intención de revelar verdades que la prensa y los opositores quieren ocultar. "La forma en que se venden, como productores de contenido, tiene que ver con develar verdades que esconden los medios. Y así se fidelizan esos seguidores", dice la investigadora.  

Columna | ¿Cuál es el Capitolio de Jair? (disponible en portugués)

Revelar la verdad es también lo que el presidente Jair Bolsonaro dice que hace. En julio del año pasado, por ejemplo, prometió presentar pruebas de que hubo fraude en el sistema electoral durante la elección de 2018. En ese momento, afirmó que había ganado las elecciones en primera vuelta, contra el candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad. Poco después, sin embargo, la verdad revelada no fue más que viejos y falsas reclamaciones de que las urnas electrónicas las urnas electrónicas registraron el voto para el candidato del PT incluso cuando no era ésta la elección del votante.  


Las fake news y la desinformación marcan el manejo de la pandemia por parte del gobierno de Bolsonaro  / Reproducción Arte IQC

La pretensión de revelar verdades es común a estos grupos, en este tipo de espacios, explica la investigadora. 

"La forma en que se venden, como pseudoperiodistas, tiene que ver con revelar verdades que esconden los medios. Este es su branding. No tiene sentido que dejen de hacerlo, porque así es como atraen y fidelizan a los consumidores, con ese reclamo de que 'después de internet, los medios nunca más podrán ocultar nada'", dice Cesarino. Por tanto, "es un nicho de la derecha, y lo seguirá siendo, porque ahí es donde operan". 

El campo progresista, en cambio, "tiene una interfaz con los grandes medios, que esta derecha, sobre todo de diputados para abajo, no tiene. No tienen otro lugar donde conseguir visibilidad que no sea internet. Por mucho que crezca la izquierda, este sigue siendo su nicho".  

Un movimiento orgánico y artificial

Además del carácter revelador, los grupos de extrema derecha también trabajan con la inseguridad de las personas, haciendo que se sientan amenazadas. "El tema de las amenazas es muy importante, porque mantiene a la gente enganchada, más allá del tema de las revelaciones. La derecha logró conquistar la red orgánica a través de este llamado común", dice Cesarino. 

Flávia Lefèvre, abogada, integrante de la ONG Intervozes y de la Coalizão Direitos na Rede, coincide: "Lo primero que hacen es identificar miedos e inseguridades", como el miedo a perder el trabajo, la violencia y la supresión de las libertades.  

"Las empresas de marketing político utilizan datos de los usuarios de las redes sociales para identificar y formar perfiles de votantes, perfilando personas. Luego definen mensajes y noticias falsas para difundir a estos perfiles, de acuerdo con los miedos e inseguridades identificados", explica Lefèvre.  


Steve Bannon comenzó a probar algunas de estas ideas con Cambridge Analytics, una consultoría que extrajo datos de 50 millones de usuarios de Facebook. / Wikicommons

Un buen ejemplo fueron las noticias falsas dirigidas a los habitantes del Reino Unido, en una campaña a favor del Brexit, es decir, la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, a lo largo de 2020. Una de las mentiras más difundidas en ese momento era que los inmigrantes robarían los empleos de los ingleses. Otro ejemplo: "En el momento de las elecciones de 2018, estos productores y difusores de noticias falsas comenzaron a divulgar la noticia de que si [Fernando] Haddad ganaba, liberaría a los presos. Entonces la gente estaba muerta de miedo", recordó Lefèvre. 

Con la manipulación artificial de estos sentimientos, los grupos son capaces de atraer y fidelizar a las personas con el contenido publicado, generando un movimiento orgánico para difundir la desinformación. 

Telegram y YouTube 

Letícia Cesarino explica que la producción y difusión de contenidos producidos por la extrema derecha están directamente vinculadas a la relación estructural entre Telegram y YouTube. Si hasta 2018 WhatsApp era el principal repositorio de los contenidos de extrema derecha que se producían en YouTube, con Telegram la circulación de estos materiales alcanzó cifras récord. Esto se debe a que Telegram permite generar, por ejemplo, grupos de hasta 200 mil personas. En WhatsApp, el máximo es de 256 personas. Además, en la plataforma del Grupo Meta, el reenvío de mensajes está restringido, mientras que en la aplicación rusa no está disponible. 

Como resultado, la relación entre YouTube y Telegram se volvió estructural para la difusión de desinformación por parte de la extrema derecha. "Circulan muchos enlaces de canales de videos de YouTube en Telegram. YouTube supone que tiene control sobre su plataforma y no lo tiene, porque está conectada a todas las demás. El bolsonarismo se aprovecha de esto", afirma Letícia Cesarino. 


Pieza de difusión sobre la cuenta de Telegram de Jair Bolsonaro; la imagen fue publicada este miércoles 16 en el perfil oficial del presidente en Twitter. / Reproducción/Twitter

"Vemos una incidencia de YouTube dentro de Telegram de cinco a seis veces mayor que la segunda plataforma, que es el propio Telegram", afirma Cesarino. Es decir, los contenidos que más circulan dentro de Telegram son los enlaces de YouTube. En segundo lugar están los enlaces creados en el propio Telegram, que permite, por ejemplo, transmisiones en directo, etc. "Hay una relación ahí entre los dos que es estructural", dice. 

WhatsApp 

Aunque Telegram ha ganado terreno en este ámbito, WhatsApp sigue siendo más popular, y hay una razón para ello. Datos de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) muestran que cerca de 100 millones de planes telefónicos en Brasil son prepagos. Esto significa que las personas tienen una cantidad limitada de datos, es decir, pueden acceder a internet de forma limitada. Cuando se agota la cantidad permitida de datos, el usuario solo tiene acceso a WhatsApp y Facebook.  

"En estos casos, el usuario recibe una noticia y no tiene forma de consultarla, porque no puede acceder a otros sitios y fuentes. Por eso, en 2018, la estrategia usada para la campaña de desinformación fue comprar chips prepago, porque así no es necesario identificarse en el momento de la compra y se puede difundir fake news por WhatsApp de forma ilimitada", explica Lefèvre. 


Una de las cientos de imágenes que circulan por los grupos de Whatsapp bolsonaristas a favor del voto impreso en las elecciones de 2022. / Reproducción

De acuerdo con el Centro Regional de Estudios para el Desarrollo de la Sociedad de la Información (Cetic.br), que es un órgano del Comité de Gestión de Internet en Brasil, el 95% de las clases D y E solo acceden a internet a través de la red móvil y principalmente con planes prepago. En la clase C, el porcentaje baja al 65%.  

"Entonces hay, como mínimo, 120 millones de usuarios que tienen acceso limitado y son más vulnerables a estas campañas de desinformación que los que pueden pagar un plan de internet ilimitado", dice la abogada de Intervozes.  

Otras aplicaciones 

WhatsApp sigue siendo importante, "pero el ecosistema en su conjunto se ha diversificado", según Letícia Cesarino. "Tenemos, por ejemplo, TikTok, que, a pesar de no ser grande, cuenta con una inversión del bolsonarismo. Suelen ser contenidos camuflados, que están en esa zona gris entre el entretenimiento y la propaganda política. Pero los videos de TikTok también circulan por WhatsApp, entonces también existe este tráfico", afirma la investigadora.  

Un estudio del grupo de monitoreo de medios Media Matters for America, publicado en marzo del año pasado, mostró que TikTok estaba dirigiendo a los usuarios a contenidos relacionados con la extrema derecha en los Estados Unidos. Más recientemente, el grupo informó que los algoritmos de la plataforma están permitiendo la difusión de desinformación en medio de la invasión rusa del territorio ucraniano.  

Cesarino también menciona "incluso el Instagram, que no tiene un uso político tan expresivo, tiene una incidencia aledaña al bolsonarismo con la desinformación sobre el tratamiento temprano [de COVID-19], las ciencias alternativas, la agenda antivacunación". 

A lo largo de los últimos años, también han surgido plataformas alternativas, especialmente después de que comenzaron a endurecer las reglas de moderación de contenido, prohibiendo canales, por ejemplo. En este rol se incluyen las redes Gettr –lanzadas por miembros del equipo del expresidente estadounidense Donald Trump–, Rumble y BitChute, a las que han migrado grupos de extrema derecha. 
 


El perfil del presidente Jair Bolsonaro en Gettr, una red social que no prohibe la difusión de noticias falsas y defiende la "libertad de expresión". / Reproducción

Jair Bolsonaro y sus simpatizantes crearon perfiles en Gettr, días después de la creación de la red, entre ellos sus hijos Flávio Bolsonaro y Eduardo Bolsonaro, además de los apoyadores Carla Zambelli, Paulo Eduardo Martins, el ministro Fábio Faria (Comunicaciones) y el bloguero Allan dos Santos. Flávio Bolsonaro caracterizó a Gettr como " una red más en defensa de la libertad" al anunciar su perfil a los seguidores de Twitter. 

Cruzando ciertas líneas 

Según Cesarino, es posible "aumentar mucho" el alcance del campo progresista en las redes sociales. Sin embargo, llegar al nivel en el que se encuentran los grupos de extrema derecha será "difícil sin traspasar ciertos límites éticos e incluso legales", defiende. "Ellos siempre estarán a la vanguardia, porque no tienen límites para la distorsión y el sensacionalismo, porque se basan en la efectividad. Si un medio se viraliza, el contenido seguirá la misma línea, y la tendencia es que el sensacionalismo se viralice. Este es el diferencial de estos medios con relación a los grandes medios", afirma. 

"La izquierda está mejorando, pero es una cuestión de organicidad. La izquierda necesita canales orgánicos. De nada sirve que el PT tenga una gran estrategia de comunicación para hablar el lenguaje de internet si no tiene una red de creadores orgánicos", afirma Cesarino. 

Flávia Lefèvre también ve otra línea que impide a los grupos progresistas de lograr este alcance: el financiamiento y la organización internacional en la producción y difusión de noticias falsas que llegaron a los grupos de extrema derecha brasileños. 

"La industria está muy bien financiada. Aquí en Brasil, los estudios que se han hecho con base en las elecciones de 2018 y que se han venido haciendo desde entonces identificó que estos grupos son financiados por fuerzas de la derecha, no solo brasileñas, sino internacionales. Hay instituciones internacionales financiadoras que se dedican a la defensa del neoliberalismo, y esta necesidad de sostener el neoliberalismo no sucede solo en Brasil", afirma Lefèvre. 

Brasil, un paso atrás 

Sin embargo, desde 2018, Brasil ha avanzado poco en la identificación de aquellos sectores y grupos que financian la producción y difusión de desinformación en el país, según Lefèvre. 

Recientemente, el Tribunal Superior Electoral (TSE) implementó nuevas medidas para combatir las noticias falsas de cara a las elecciones presidenciales de este año, ampliando la Comisión de Seguridad Cibernética con el fin de incluir intervenciones sobre las noticias falsas. Ahora la comisión también "supervisará, elaborará estudios e implementará acciones para combatir la difusión masiva de información falsa en las redes sociales". 

Anteriormente, el TSE y Twitter, por ejemplo, firmaron un memorando de entendimiento para unir esfuerzos para combatir la desinformación en el proceso electoral de este año. Entre las medidas del memorando, Twitter se comprometió a crear una herramienta en su plataforma que permita a los usuarios buscar información sobre las elecciones sin salir de la red.   


Responsable de suspender el Telegram en Brasil, el ministro Alexandre de Moraes realiza una investigación sobre noticias falsas en el Supremo Tribunal Federal. / Nelson Jr./STF

Los cambios, sin embargo, aún son insuficientes para enfrentar la divulgación de desinformación y están lejos de identificar a los grupos que financian este tipo de difusión en Brasil. "Todavía no conocemos a estos grupos. Necesitamos que las instituciones, la Policía Federal, el TSE y el Ministerio Público Electoral sigan el rastro del dinero e identifiquen las fuerzas que están financiando [a la desinformación]", afirma Lefèvre. "Para enfrentar a estas fuerzas de la derecha ultraneoliberal es necesario tener una red muy bien articulada entre instituciones, partidos, sociedad civil y tercer sector". 

Entre la primera y segunda vuelta de las elecciones de 2018, la entonces presidenta del TSE, Rosa Weber, afirmó que "las noticias falsas no son nada nuevo", que contra ellas no hay milagro y que quienes tuvieran "una solución para evitar las fake news" deberían presentarla.

Edición: Rodrigo Durão Coelho